Lo siento, no me he podido cortar. Necesitaba soltar la lengua respecto a este pasaje histórico en nuestra sociedad. Tengo muchas ganas de decir muchas, muchísimas cosas. Pero necesitaría casi un libro para desarrollar mi opinión. He creído resumirlo en lo que vereis a continuación. Espero no molestar a nadie. Desde luego, no es mi intención.
- Creo que el procés es un farol. Una estrategia para ganar votos y para intentar rascar cosas de Madrid. ¿Obtener un concierto económico? puede ser. Con lo que quizás no se contaba es que la otra parte en esta partida también va de farol.
- Quienes tienen la voz en este proceso, sean de uno u otro lado, no representan a la gran mayoría de ciudadanos, ya sean catalanes o del resto de España.
- Catalunya tiene desde siempre un fuerte sentimiento nacionalista, no es una moda pasajera. Simplemente han usado este para fines políticos.
- España no debe ser definida bajo la imagen de un par de millares de ultranacionalistas que ayer montaron un espectáculo en Madrid. De la misma forma, el pueblo catalán no es el odio que puede verse reflejado en cuatro borregos. Una vez más, la propaganda vertida por quienes manejan cada extremo es usada para polarizar a la gran mayoría de la sociedad.
- La política catalana y española ha vuelto a quedar en evidencia. Una vez más se demuestra que en España tenemos una lección pendiente con el diálogo. Sólo sabemos lanzar órdagos y generar odio. La política, mejor dicho, la democracia vive de la palabra, una herramienta que parecen no saber usar quienes nos gobiernan.
- El Gobierno español es el mayor culpable de lo ocurrido en Catalunya. Todas sus acciones han legitimado, aun sin quererlo, el referendum. Todos sabíamos que la sociedad catalana se iba a echar a la calle, al menos una buena parte de ella. Pudieron usar la indiferencia, pero mandaron 5000 policias a Catalunya. Si el mensaje que estás dando es que tu única herramienta contra un acto ilegal es el músculo físico de la policía es que tienes un problema.
- El Govern catalán está realizando un acto ilegal, esto es un hecho.
- Los políticos han vuelto a quedar en evidencia. Son artesanos del dialogo, pero han actuado como vendedores de palabrería.
- La política española debe aprender a dialogar, a entenderse entre diferentes fuerzas y sentimientos. La política de verdad no es un Rufián siendo carne de TT o zascas los 365 días del año, sino ese diputado que prepara propuestas, las presenta y las debate. Lo primero es teatro, lo segundo es un pilar de la política.
- Con las imágenes de las cargas policiales sobre la mesa, quien más pierde es el Gobierno central, que frente a un acto ilegal pero civilizado sólo sabe responder con mano dura.
- La gran mayoría de ciudadanos estamos viviendo una jornada vergonzosa, donde no nos sentimos identificados con ninguno de los gobiernos que actúan.
- España ha perdido toda oportunidad de reconciliar a la sociedad nacionalista catalana. La unidad de una nación se basa por el reconocimiento de una sociedad heterogénea, donde el respeto es evidente. El centralismo debe convivir con los nacionalismos, respetarlos y no luchar para curarlos. Debemos eliminar actitudes radicales.
- España necesita a Catalunya y viceversa. Este odio que se está generando entre ellas es inadmisible, estúpido y poco útil. Pase lo que pase, conviviremos para siempre. Ninguno se puede mudar al barrio de al lado. El odio y la crispación no sirven para nada.
- Y que a Piqué lo seguirán pitando con la selección.