Estimado señor Rivera,
Mi nombre es Alberto y soy parte de su país. Vivo en Vitoria-Gasteiz, tengo 30 años y hoy me gustaría hacerle llegar un regalo. Más bien es una pequeña cantidad de dinero, 10 euros de mi propio bolsillo que espero le ayuden a viajar. Ya he visto que le gusta viajar si de por medio hay causas justas. Cómo vamos a olvidar su visita a Venezuela, la cuál sirvió para… para… seguro que sirvió para algo. Todo el mundo sabe que aquel infierno comunista es uno de los países más peligrosos y pobres de nuestro planeta. Su país se siente orgulloso de sus hazañas.
Pero en las últimas horas, he comprobado que aun hay países con situaciones igual de adversas en la misma Latinoamérica. Puede que no sean una madriguera de amigos de Stalin, pero sufren las consecuencias del los peores males de la sociedad. Sin ir más lejos, en México se han contabilizado dos mil asesinatos sólo en el mes de julio. ¿No cree que es un dato espeluznante? Tenga en cuenta que en 2014, en España hubo 324 homicidios.
Ya que usted cruzó el Atlántico ante la llamada de la gente necesitada de Venezuela, le rogaría que hiciese lo mismo con la sociedad mexicana. Está claro que no será lo mismo que su cruzada contra el neocomunismo bolivariano, pero será aun más útil para la sociedad. Y como en este caso el que gobierna es un partido de los llamados democrático, centralista, tecnócrata y neoliberal, entiendo que la oposición no le ayudará de ninguna forma.
Por eso, he decidido dar el primer paso. Aquí tiene diez euros para ayudar a costear ese viaje. Y desde aquí invito a todas esas personas que creemos en un mundo mejor a compartir un pedacito de su hucha con usted y que así pueda visitar zonas en conflicto o con graves problemas sociales. Espero que pueda conocer México, El Salvador o Sierra Leona gracias a la generosidad del pueblo llano.
Ruego que, en caso de estar interesado en esta suma de dinero, su formación se ponga en contacto con este blog y podamos tramitar la transferencia o el micromecenazgo. Siempre siendo legales y con recibo, que de la otra forma sólo lo entienden aquellos partidos que no queremos en el poder, ¿no es así?
Mi más sincero y afectuoso saludo.
Alberto Cabello