Qué pequeña maravilla es Netflix. Los amantes de los documentales de calidad nos han dado una joya por una pequeña cuota mensual. Nunca he tenido un catálogo tan extenso y de tanta calidad de manera legal. Netflix tiene un buen puñado de buenos documentales, y anoche tocó el turno de uno de ellos: A Faster Horse, los 50 años de historia del Ford Mustang. Al acabarlo, además de tener unas ganas enormes de tener un Mustang, no pude resistirme a buscar información acerca de la producción del documental, porque parecía hecho por la propia Ford. Todo apunta a que es totalmente independiente, pero sigo creyendo que es un magnífico ejemplo de lo que debe ser el branded content.
Vale, ya estamos con los anglicismos para hacernos los guays. A Faster Horse es un ejemplo de cómo hacer un contenido de marca… aunque éste no sea cosa de la marca. En apenas hora y media, el documental nos ofrece una vuelta por la historia del medio siglo de vida de este coche, todo un símbolo del sector automovilístico norteamericano. Pero, sobre todo, es un recorrido por el proceso de desarrollo del mismo, dándonos pequeñas pinceladas de éste durante la creación del modelo de este año. Vemos el mimo y cuidado que tiene el equipo de diseño a la hora de desarrollar y plasmar sus ideas. Comprobamos que quienes diseñan, perfeccionan y hasta fabrican el Ford Mustang son auténticos enamorados/as de éste.
También hay sitio para la sinceridad, y el documental saca algunos de los fracasos de la marca. Desde la linea de coches Edsel hasta el rechazo del Mustang que acabó convirtiéndose en el Probe, el documental nos demuestra que la marca ha sabido aprender de los fracasos, superando obstáculos y toda clase de problemas. Nos han vendido pasión por su producto y ahora hacen lo mismo con su espíritu de superación.
Los simples detalles de abrir las puertas del departamento de diseño, enseñar los procesos más ocultos y toda clase de pequeños detalles ayudan a que los que hayan visto el documental sientan cierta confianza hacia la marca. A Faster Horse ofrece cierta transparencia que siempre suele ser bien recibida, además de ser muy agradecida.
Podría llegar a decir que el documental es un anuncio o publi-reportaje de 90 minutos, pero no lo es. Técnicamente es una obra hecha por personas ajenas a la marca, y pese a que parezca una autopromoción, el documental va más allá de ese mensaje. Busca generar ciertas emociones y sensaciones, crear ideas y derribar cualquier prejuicio que se tuviese respecto al Ford Mustang. Intenta hacerte vibrar con la historia de este vehículo.
Sin ser un contenido de marca, creo que recoge muy bien los detalles que creo que son necesarios. Presenta un producto y lo hace muy bien. Genera sensaciones y busca crear un vínculo entre éste y tú sin palabrería barata. Ofrece transparencia y genera interés. Si Ford no ha puesto un duro en este proyecto, les doy la enhorabuena. Espero que la próxima vez, David Gelb se interese en algún cliente mío.
Link al documental en Netflix: A Faster Horse