Hace no mucho hablé de las apps para ligar y sus curiosas formas de hacer marketing online. Tras ese artículo sobre Meetic, hoy vuelvo a la carga para reflexionar acerca de otro servicio de ligoteo que saltó a la fama en los últimos meses: Adopta un Tío. Para algunos es un simple canal para buscar rollete, mientras que para otros resulta toda una ofensa al tratar al hombre como un simple objeto. El caso es que esta semana me saltó un anuncio de este servicio en Instagram. Lo conocía pero no lo había utilizado. Hoy ya lo he testado y creo que es un negocio redondo, que me ofrece muchas dudas, pero me resulta como poco curioso.
Cuando aterricé en la ficha en Google Play de Adopta un tío, aluciné con la cantidad de opiniones negativas que tenía. Casi todas decían lo mismo, que tras registrarte en la app, navegas sin problema, pero que después de tu primer contacto con ésta, te será imposible navegar. Tras tu primer contacto, las puertas de Adopta un tío se cerrarán a no ser que pagues.
Me dije “eh, no puede ser verdad. Quizás haya mucho machito cabreado por sentirse un objeto”. Así que me descargué la app, me di de alta en el servicio y navegué un rato buscando una posible compradora. Tras intentar un par de contactos, cerré la app y pasé de ella hasta el día siguiente. Cuando volví a Adopta un tío, me encontré con esto:
Vaya, quizás fuese hora punta en la app, así que lo dejé para más tarde. Pero al intentarlo de nuevo, me encontré con ese pantallazo. Lo volví a intentar una tercera, cuarta y hasta quinta vez. 72 horas después y tras haberlo intentado unas 10 veces, me ha sido imposible acceder de nuevo al servicio de Adopta un tío. Como bien indican las opiniones, o pagas o no hay posibilidad de entrar al servicio.
Entiendo la gestión del tráfico interno para que aquello no sea un campo de nabos sedientos de mujer. O quizás no. ¿Qué importa que el sistema sea equitativo? ¿Por qué es necesario que haya tantas clientas como productos (nosotros)? En la gran mayoría de casos, lo interesante es tener una amplia gama de productos que sea superior a la clientela. Vamos, que el stock de machos no debe influir.
Sin embargo, esta pequeña “trampa psicológica” nos hace creer que es algo normal y que lo mejor es pasar por caja. Claro, si pasas por caja, quizás la balanza se vaya desequilibrando, haciendo que el 50-50 no sea real. Está claro que siempre hay más hombres que mujeres en estos servicios. Así que, si pagando accedes sin problemas, ¿No se irá a la mierda ese ratio? entonces, ¿Ese aviso no sería publicidad engañosa? Y si se mantiene ese ratio, ¿Pagar no te asegura entrar? entonces, ¿Pago por un servicio que no me asegura siquiera su uso cuando quiera?
Evidentemente, no he pagado por acceder a Adopta un tío. Sigo sin volver a pisar la app y dudo que pueda volver a entrar. Sin embargo, me resulta curioso el sistema empleado para monetizar el negocio. No entraré a valorar el nombre ni su “objetización” de la figura masculina. En ese debate siempre saldremos perdiendo nosotros, que llevamos siglos haciendo de la figura femenina un objeto para casi cualquier cosa. Sólo diré que no ayuda en un momento en el que la sociedad actual intenta romper pensamientos arcaicos o sexistas.
NOTA: Este artículo nace como una valoración personal sin ánimo de querer desprestigiar la marca de Adopta un tío. Tampoco son las palabras de un cliente resentido. No me puedo calificar como cliente habiendo usado su servicio durante apenas 5 minutos y sin haber tenido la posibilidad de probarlo durante dos o tres veces. Vamos, que no hay maldad ni resentimiento tras mis palabras.