Lo reconozco, NO he visto 8 apellidos vascos. Debo de ser el último vasco/español sin verla, pero que queréis que os diga, no me llama. Que ojo, no digo que sea mala, ni que no me vaya a gustar. Sólo que tengo otras cosas mejores que hacer. Eso no implica que la película del año me parezca todo un éxito del cine nacional. ¿Quién se iba a imaginar que una película tan normalita como ésta iba a acabar rompiendo records de Torrentes y Tsunamis?
8 apellidos vascos ha generado polémica. Incluso ha habido voces críticas que la han tachado de todo y nada. Normalmente estas críticas vienen de los extremos opuestos, es decir, de gilipollas listos de guardia. Que si está llena de topicazos, que si no recoge la realidad social,… hombre, es una comedia romantica, no me espero un Malcolm X de Spike Lee o La Lista de Schindler. Busca hacer reir y sobre todo, entretener a un público amplio. Y lo ha conseguido, vaya si lo ha conseguido.
Lo que más me llama la atención de este bombazo es lo útil que ha resultado para potenciar el turismo. Sí, aun es pronto para saber si el “efecto 8 apellidos vascos” ha servido para atraer turistas a Euskadi. Sin embargo, puedo decir que ha conseguido que la egnte al menos se interese por esta tierra. Veréis, por motivos laborales, hago un seguimiento importante a determinadas palabras clave. Ya sabéis que soy un profesional del Social Media (que bonito me ha quedado, joder), y entre mis clientes se encuentra una cuenta relacionada con el turismo vasco.
Como todos los CM’s de este mundo, tengo mil alertas activas sobre los temas interesantes para mis clientes. Topsy no para de enviarme tweets de gente que habla de visitar Euskadi, el Pais Vasco o cualquiera de sus tres provincias. Creí que como todo, se llenaría de haters conservadores, pero no, lo cierto es que cada día leo un buen puñado de personas de todos los rincones del país diciendo a sus contactos que tienen muchas ganas de visitar mi tierra.
Como ya os he dicho, quizás sea exagerado o pronto para hablar de un efecto relacionado con la película, pero de momento, podemos decir que 8 apellidos vascos ha potenciado más la imagen de Euskadi que muchas campañas preparadas expresamente para ello. La cinta de Emilio Martínez-Lázaro ha calado en esa España media, que posiblemente no conociese Euskadi más allá de los topicos turísticos gafapasta-sobreexplotados que hemos vendido, como la alta cocina vasca, los vinos de la Rioja Alavesa y el Guggenheim.
Algún día, cuando la vea, hablaré sobre los listos de guardia que la critican. Pero eso, amiguitos míos, será otro día.
Foto: Harry Mitchell