Dejar de fumar, perder algunos kilos, viajar más o aprender un idioma. Llegó el 1 de enero y todos nos llenamos la cabezas de nuevas metas de cara a este año. Quien mas o quien menos se plantea un propósito a cumplir durante los siguientes 365 días. Ya sea de una u otra índole, la cosa es decir que empiezas el año con una serie de retos por cumplir.
Los propositos de año nuevo son los autenticos Hype de esta vida. Arrancan muy fuerte, viven unos días o semanas de cierta fuerza y acaban diluyéndose para acabar en nada. Habrá gente que llegue a Nochevieja habiendo cumplido sus propositos como hay políticos honrados, pero son muy pocos. ¿Sabes lo duro que es ir al gimnasio varias veces a la semana? y peor, ¿Una vez allí, hacer ejercicio? o dejar de fumar. Que si, que te dejas un sueldo del año en ese vicio, pero también te lo dejas en la hipoteca y nadie las ilegaliza o intenta eliminar.
Normalmente nos ponemos metas que no suelen ser fáciles. Nos venimos arriba y soltamos una gallada. “Voy a perder 10 kilos”. Qué vas a perder tú diez kilos si lo único que has perdido en tu vida es un billete de mil pesetas en la Expo de Sevilla. Y quisiste pegar a un Curro porque creías que te lo había choriceado. Aprender idiomas se las trae. ¿Para qué quieres aprender inglés? Admítelo, eres más feo que una venganza, no vas a ligarte a una guiri. ¿Para disfrutar del cine en Versión original? ¡Si luego no hay cines que emitan en V.O.! Lees los subtitulos y ganas dinero sin tener que apuntarte a ninguna academia. No, amigos, no sabemos calcular los objetivos. Propon que no vas a ganar más peso, que de vez en cuando vas a darle uso a esas zapatillas que te regalo tu mujer para salir de paseo. Lee de vez en cuando un libro y poco más. No vayas de gallito porque después fracasas, llega el día de nochevieja, te pones a reflexionar sobre ello y acabas como un velatorio.
Personalmente, siempre me he puesto metas a lo grande. Que si este año lo voy a petar con una web, que si pierdo siete kilos, que si me cuido más. Llega la hora de la verdad y no me he comido una rosca con la web, he ganado dos kilos y encima tengo el pie con más callos que las manos de un pelotari. Siempre fracaso, pero oye, los propositos no fallan nunca a su cita de fin de año.
Sin embargo, este año ha sido todo diferente. Este año no quiero perder un puñado de kilos. Bueno si, pero no es el objetivo principal. Este año me he propuesto acabar el año siendo feliz. Al menos siéndolo más que el 31 de diciembre de 2013. He decidido ir arreglando mi forma de ser. Aprender a disfrutar del momento, de todas las cosas que me ocurren. Voy a aprender a sonreír más y a llorar menos. Puede que suene difícil, pero poco a poco lo iré cumpliendo. Lo sé porque lo voy a conseguir. Vamos, es una forma fina de decir que lo voy a conseguir por mis cojones, pero bueno. ¿En qué acabará todo? Que se yo, en un año lo sabremos. De momento, ya me he puesto a trabajar en mis propositos de año nuevo. ¿Y tú?
Esta es una idea que ha tenido @mmetafetan. Hemos decidido que al menos una vez al mes, vamos a escribir cada uno en su blog de algún tema elegido por nuestro timeline o gente de Facebook. Así seguiremos dandoles algo de vidilla. Cada uno en el suyo. Yo por aquí y Ana en Comer Pensamientos. Si te gusta la iniciativa, estás invitado. Sigue el hashtag #melofollocuandoquiero y verás quiénes estamos y cuál es el tema de este mes.