Sé que este blog me va a traer más de un palo, crítica y comentario recriminatorio, pero hace tiempo decidí que debía ser honesto y sincero. Las rosas son rojas, el cielo es azul y lo que Gandia ha hecho en la feria Fitur me parece un éxito y, en parte, una sabia acción.
Pongámonos en situación. Estos días en Madrid se está celebrando Fitur, una de las ferias más importantes del país y sin duda la más importante en cuanto a turismo se refiere. Centenares de regiones, ciudades, municipios o países exponen sus principales atractivos en sus respectivos stands. Ofrecen exhibiciones, regalan cosas, ofrecen información a posibles visitantes y bueno, el clima en general dicen que es muy curioso. Como bien he apuntado, se regalan muchas tonterías. De hecho, muchos van a Fitur sólo para poder saquear todo lo que sea gratuito. Pero bueno, sigamos. Ayer la noticia saltó por un par de azafatas del stand de la ciudad de Gandia. Dos chicas con curvas peligrosas embutidas en un ceñido buzo que no dejaba lugar a la imaginación. Alguien subió una foto de estas chicas a la red y claro, se armó el Belén.
Empezaron a caer críticas por vender una imagen tan machista, tan simple y vulgar. La gente dice estar cansada de esos clichés baratos de mujeres medio en pelotas o luciendo sexys para llamar la atención. Si, lo de ayer eran dos mujeres florero luciendo palmito para llamar la atención. Y lo lograron.
Lo digo con rotundidad: no sé de quién fue la idea, pero mi mas sincera enhorabuena, porque me parece un acierto. Lo reconozco, sonará retrogrado, pero creo que en cuanto a marketing se refiere, lo que ha conseguido es un éxito. ¿Una imagen bastante deprimente? Probablemente, pero el foco de atención estaba puesto en se sector que no ha dicho ni mu y que incluso habrá visto como algo normal lo de esas dos chicas.
Desde hace un tiempo, Gandia se ha convertido en el destino cani-choni por excelencia. ¿La culpa? Posiblemente un grupo de jovenzuelos y jovenzuelas que protagonizaron en 2013 un programa llamado Gandia Shore. ¿Os suena? Niñatos, chicas enseñando carne, ellos luciendo músculos y ninguno demostrando un nivel cultural normal. Tetas, culos y músculos. ¿Leer? eso es de perdedores. A eso añádele el efecto Rafa Mora, por el cual más de uno cree que Valencia es la cuna de los inflados de gimnasio, donde siempre serán bien recibidos, especialmente por las mujeres autóctonas.
El target es claro: chonis. Gente que siempre hace turismo nacional, que creen que Ibiza puede ser demasiado caro y Salou demasiado guiri. ¿A dónde vamos a ir? ¡Pues a Gandia! ¡Donde los tetes y las tetas! Si estuviese en el ayuntamiento de esa localidad, con un panorama de crisis brutal y teniendo todo en cara para conquistar a buena parte de un target, haría lo posible por atraerlos. ¿Quién tocó el año pasado en Gandia? ¿Bob Dylan? ¡No! David Guetta.
Está claro que un choni no lee a Espido Freire, ni es un amante de la alta cocina. ¿Qué atractivo pondrías en un stand para atraerles? pues lo que ellos quieren: tías buenas, maquilladas, apretadas y con un aire sexy. Y ahí estaban, las dos azafatas. Una luciendo cameltoe y todo. Sólo faltaban las botellas de Ballantines y Red Bull.
Esta polémica que ha fabricado la gente que se ha escandalizado ha conseguido una cosa: que el stand de Gandia sea el más mediatico y conocido de todo Fitur. Todos y todas lo conocemos. Nuestros tweets, críticas y comentarios han hecho que estas dos chicas lleguen a todo el país. Una campaña publicitaria que puede parecer negativa, pero que no lo es. Sinceramente, han conseguido que su target, los jóvenes, vean a dos chonis bien buenas pidiendo a gritos que se acerquen al paraíso cani-choni-chungo de España.
Sí, es una campaña mediocre. Es triste que en pleno siglo XXI se use aun ese estereotipo de belleza y se explote la figura de la mujer de esa forma. Entiendo que alguien se sienta ofendido por ello. Lo que no entiendo es esa gente, que ni siquiera es de esa zona ni tiene un arraigo con Gandia, se indigne porque lo hecho le parece patético, sin ir mucho más allá. Admitamoslo, muchos de los que lo critican no son la clase de turistas que espera Gandia. La familia que busca un turismo tradicional puede acabar allí, siempre y cuando la oferta de playa sea interesante.
Muchos de los que he visto indignarse en mi twitter jamás pisarían Gandia, pero como no lo harían en Salou, Torrevieja o cualquier punto turístico masivo español. Si acaso Ibiza, porque es cool. He comprobado que son los que buscan cultura, historia, gente que sale al extranjero y que quiere empaparse de otra cosa que no sea el sol nacional y el alcohol. Como bien he dicho, respeto que la gente se indigne e incluso vea que la explotación machista sea horrible, pero más allá, en cuanto a acción de marketing se refiere, hay que admitir que esto ha sido un éxito. Ayer, un amigo mío me dijo: “Más de uno dirá mierdas, hará postureo y dirá que le avergüenza que se apueste por la carne y no la cultura. Todos ellos lo harán mientras se imaginan empotrando a esas dos pobres chicas”. Creo que es de lo poco sincero que he visto en las últimas horas sobre esto.
Nos gustan las catedrales y Descartes, pero seguimos pensando con la polla.