Mi trabajo como responsable de Redes Sociales ha hecho que poco a poco disfrute de la comunicación. Según la Wikipedia, “La comunicación es el proceso mediante el cual se puede transmitir información de una entidad a otra“. Para mí, la comunicación puede llegar a ser un arte. Es algo más que información. Las formas, el lenguaje, los tiempos y un largo etcétera de pautas o acciones que juntas crean una comunicación perfecta.
Parece una tontería, pero no es fácil comunicar. No es que sea un experto en la materia, pero la poca que tengo me dice que no lo es. Comunicar no es sólo soltar la información. Quien crea que comunicar es informar, francamente, le deseo la mayor de las suertes. El proceso comunicativo es complejo, requiere saber cuándo has de informar, qué tienes que decir o cómo has de decirlo.
Falta de comunicación = no good.
Como ya os he dicho, en los últimos tiempos siento cierta pasión por la comunicación y me fijo bastante en la forma que algunas personas, celebridades o eventos comunican. Eso hace que haya momentos en los que me lleve las manos a la cabeza cuando veo que a veces la comunicación no funciona y no se usa adecuadamente. No quiero hablar de fracasos, pero sí de casos en los que la falta de comunicación puede ir en tu contra.
Se me ocurre el caso del Azkena Rock Festival. Os pongo en situación. El año pasado, este festival de rock de mi ciudad, uno de los referentes a nivel nacional, pasaba por un mal momento. Recortes, falta de patrocinadores y demás hizo que el presupuesto disminuyera, perdiendo un día de cartel. Por otro lado, se ha puesto de moda adelantar parte del cartel semanas antes de acabar el año. Está claro que es una estrategia de cara a vender abonos y entradas durante navidades. Al fin y al cabo, un abono para un festival puede resultar un regalo muy atractivo.
La competencia del Azkena fue avanzando nombres, al igual que otros festivales de su entorno. La gente, muchos de ellos asistentes al festival y por lo tanto, clientes, se empezaron a preocupar. El festival disponía de varias cuentas en Redes Sociales, pero éstas apenas dijeron nada. La información llegó a cuenta gotas y muy tarde. No fue la mejor edición del Azkena, pero tuvo un aprobado aceptable. Sin embargo, se generó cierta aura de mala reputación o imagen alrededor de este festival tan querido por mí.
En un año en el que desarrollar un cartel completo tuvo que ser complejo, la comunicación no debía ser nada fácil, teniendo al otro lado clientes que esperaban más. Durante semanas, el festival pasó de la comunicación y se acomodó en algo muy peligroso: la incomunicación. Cuando se comunicaba, se pedía paciencia y más paciencia y ciertamente parecía que ellos no veían un problema que está claro conocían. Parecían hacer oídos sordos al mal rollo.
Cuando la comunicación va ligada al Marketing, ha de ir unida a la creatividad. Me gusta decir que ante la falta de novedades, bueno es saber aprovechar lo que te queda. Como quien coge las sobras de la noche anterior y prepara un almuerzo con ellas, en comunicación debe usarse todo la información que se tiene. Siempre será mejor ofrecer algo a estar callado, especialmente cuando tienes una crisis de por medio. Y ojo, hablo de crisis de imagen, no económica. Estaba claro que los azkenero no iban a pasar de negro a blanco sin más, pero desde luego que se hubiese conseguido más lanzando algún concurso, interactuando y haciendo que el público estuviese más entretenido a tener a miles de personas esperando y pidiendo semana tras semana paciencia y más paciencia.
Da un sólo nombre. Da igual si es el menor de los nombres de tu festival. Juega con ello, enfócalo de otra forma. Di que este año quieres darle el mismo peso a las estrellas que a las nuevas promesas. Inventa, pero haz que la gente esté entretenida. Crea concursos de diseño de la imagen anual del festival, piensa en cómo puedes compartir y calmar las aguas. No es fácil, pero créeme, es mejor comunicar algo a no hacerlo y decirlo tarde y/o mal.
No quiero que este post quede como un ataque a la comunicación del Azkena porque no lo es. De hecho, he tenido el placer de conocer a varias personas de la comunicación del festival y su promotora y son grandes profesionales. Sencillamente, el año pasado las cosas no salieron bien al 100%. Que esto sirva para que no se cometa dos veces el mismo error.
Esto es aplicable a más eventos, pero eso ya sería otro cantar. Lo que quiero decir con este artículo es que la comunicación va más allá de la información. Hay que cuidarla y trabajarla puesto que con ello podemos mejorar en muchos ámbitos, más allá del marketing o la reputación. Y sobre todo, disfrutad de la comunicación, que mola mucho.