Esta tarde, yendo hacia el trabajo me dije “algún día tendré que escribir un post sobre Pearl Jam”. Unas cuantas horas más tarde, tomé una ducha. Os lo cuento porque en mi baño tengo una base para conectar el iPod, y casi siempre que me ducho, me acompaña la música. Esta vez elegí una lista de canciones de ese grupo. Sonaron Yellow Ledbetter y Daughter, dos de los temas más bonitos que ha escrito esa banda. Tengo mono de escribir, y el blog llevaba unos días abandonado, así que he decidido hablar de esta banda. Y que leches, que he cogido una camiseta del montón y mira que cosas, era una del grupo.
Creo que casi todos conoceís a los Pearl Jam. Os sonará un disco llamado Ten, con canciones como Even Flow, Black, Alive o Jeremy. Posiblemente, Ten será uno de los mejores discos de la decada de los 90, y uno de los mejores de los últimos 30 años. Sus canciones, a veces grunge y otras veces tan tiernas son como la vida. Un compendio de buenas y malas vibraciones. A veces duras y otras veces tiernas.
Para mí, Pearl Jam nacen allá por el 2006. Sabía que existían, pero no conocía su música. Algo curioso, puesto que ese año tocarían por primera y única vez en mi ciudad. Unos meses después de este concierto, me enamoré de Even Flow, una de las canciones que más escuche en mi post-adolescencia. ¿Sabes lo duro que es enamorarte de una banda justo después de haberla tenido a unos metros de tu casa? Creo que uno de mis primeros recuerdos acerca de esta banda es junto a una vieja amiga, paseando por un parque, confesandole que nunca les había escuchado.
Después han venido otros recuerdos y asociaciones de canciones con etapas de mi vida. Una de las canciones que más me gustan de esta banda es Jeremy. Una canción preciosa, pero con una historia triste, muy triste. Quizás ese aura traspasase la frontera del disco y me acabó infectando. Reconozco que cuando me siento triste, Jeremy aparece en mi cabeza. Es sentirme melancólico y que en mi cabeza se empiecen a escuchar las primeras notas de esa canción. Cuántas veces abré tocado esas notas con mi cabeza. Cuántas veces las abré tarareado o tocado con la guitarra o el bajo. Una canción increíble, pero que me acaba dejando para el arrastre.
También hay buenos recuerdos. En 2010 pude verles en directo. No fue en Vitoria, sino en Bilbao, pero me era indiferente. Aun sigo dando botes al recordar Even Flow. Tengo la suerte de tener ese concierto grabado en mp3. Es un básico en mi iPod.Pero si me tengo que quedar con un recuerdo, éste será obra de mi amiga Sara.
Veréis, hay dos cosas que siempre he querido que me las regalase alguien especial. Una de esas cosas es la autobiografía de Johnny Cash. La otra, era el Ten de Pearl Jam. Un día, abrí el buzón de mi casa y me encontré un sobre algo abultado. Al abrirlo me encontré ese disco. Llevo cinco minutos pensando y creo que no podré describr nunca lo que sentí en ese momento. Emoción, ternura, felicidad, cariño… mételo todo en una batidora y te acercarás a lo que sentí. Aun no ha hecho un año desde que conocí en persona a mi amiga Sara. Fue este verano, durante unos días que bueno, espero contaros, porque fuero asombrosos. Creo recordar que aún en aquel tiempo, le volví a dar las gracias por el detalle. Hay gente increíble, y luego está la gente como Sara, que nunca pide nada y siempre está ahí, dispuesta a escucharte. Una buena amiga ligada a uno de mis grupos favoritos.
Con el tiempo, ha crecido mi admiración hacia Pearl Jam. Cada poco voy enamorandome de una nueva canción. Hace tres o cuatro años, Get Some. Hace cosa de un mes, Spin the black circle. Hoy, puede que sea Daughter la elegida. Es la magia de la música. Un arte que es capaz de enraizar en tu vida y no despegarse jamás. Os recomiendo a esta banda. Seguro que los conoceréis, pero bueno, nunca está de más una recomendación musical. Puede que el siguiente artículo sea sobre música, o quizás sobre unas vacaciones. O de los recuerdos acerca de nuestros viajes. O un analisis de lo dependientes que somos de los recuerdos. Que se yo, ya escribiré sobre algo.