Puede que mañana me despierte y me encuentre con que ha estallado la tercera guerra mundial. Puede que Corea lance mil misiles contra el mundo libre, o que Estados Unidos invada un país. Puede que mañana el mundo se acabe, y el empate del Barça y la victoria del Real Madrid no sirvan de nada. Tampoco servirán tus horas de estudio, ni haber ahorrado durante tanto tiempo.
Tus problemas de amor se iran a la mierda, y la relación de tus padres puede que acabe para siempre. Olvidate de la dieta, de tener que perder peso, de las entradas en la frente o de la celulitis. Es una putada, pero puede que no no veas el final de Breaking Bad. El Papa habrá durado menos de lo esperado, y Rajoy no acabará su legislatura.
Puede que mañana mismo sea el fin del mundo, pero como dice la canción, “Me siento bien”. Decidle adiós al mal rollo.