¿En qué momento la política de nuestro país se convirtió en un problema? ¿Cómo han pasado los políticos de ser los que aplastaban a los terroristas a ser más temidos que ellos? A día de hoy, ningún partido se salva de la vergüenza, ya sea por mentiras o por casos de corrupción. Nuestro país, provincia o municipio están dirigidos por personas a las que hemos votado pero no creemos. España pide a gritos una reconversión de su clase política. ¿Qué hace ésta? Agachar la cabeza y poco más. Ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Uno a otro se pasa la patata caliente mientras el pueblo se indigna y enfada más y más. Pero tranquilos, saben cómo relajarnos.
En Roma, los emperadores se valían del Circo y de sus juegos para calmar al pueblo. Panem et circenses, algo que a día de hoy sigue funcionando. En España podemos cambiar el circo por el fútbol. Por eso, tenemos leyes que han obligado la emisión de un partido de fútbol de primera división en abierto por considerarlo de “interés nacional”. Robo y robo mientras te contento con el balompié.
Claro, el mundo evoluciona. Que se lo pregunten al PP de Álava. Hace unos meses, en las pasadas elecciones, el Partido Popular alavés creó un concurso fotográfico. De hecho lo publicitaban a diestro y siniestro. Algo patético a mí juicio. Pero siempre se puede llegar más lejos. Lo intentaron y oye, lo han conseguido. Casi sin quererlo, me he topado con una curiosa promoción de este partido en su página de Facebook. Es un concurso en el que puedes conseguir dos abonos para la copa del rey de baloncesto. Dejas un mensaje de ánimo para el Baskonia y si el jurado lo selecciona, enhorabuena, tendrás dos abonos para dicho evento.
¿Cómo un partido político acaba haciendo promociones así? ¿Cuál es el objetivo de dicho concurso? Creo que el PP aun no se ha dado cuenta que no es una empresa, sino más bien un colectivo que busca o al menos debería gestionar nuestra sociedad. Señores del Partido Popular, seamos realistas: para ganar mi voto, deben hacer bien su trabajo. Puede que el banco o la compañía de gas o de teléfono se lleven el gato al agua con regalos tontos, pero no puedo, ni debo, ni quiero un trato similar al de ellos con mis representantes políticos.
No sé quién será su encargado de marketing, pero a mi juicio la ha cagado. Usar una campaña de marketing de una empresa o marca con un partido político es una locura, por no decir otra cosa malsonante. ¿Qué va a ser lo siguiente? ¿Qué su voto compute para los puntos de la Travel Club? Un partido no nos puede ganar con regalos, y menos con la que está cayendo. Con seis millones de parados y un país que cada día es más pobre, los partidos ganarán el respeto de la gente trabajando, y visto lo visto tienen mucho trabajo por delante. El PP de Álava se ganará los Me Gusta haciendo que su provincia mejore, bajando la tasa de paro de la provincia, generando riqueza, creando buenas leyes. Con esta acción, un partido puede casi atentar con la inteligencia del pueblo. Ojo, tiene todo el derecho a realizar una campaña de este tipo, pero la imagen que da es chabacana.
Cosas como ésta hacen que pierda la esperanza en los partidos políticos. Con un país podrido hasta las entrañas, nuestros líderes siguen apostando por el pan y el circo como calmante de masas. Algún día espero, ya sea mi generación o las siguientes, cambiaremos el pan y el circo por el pan y la sombra para los dirigentes que no sepan cumplir con su deber.