Ya es oficial: el metro de Madrid tiene nombres de estaciones patrocinadas. La mítica estación de Sol ha sido la primera afectada de este nuevo tipo de negocio. Desde hace unas horas, a Sol se le conoce como Sol Galaxy Note. La noticia ha dado mucho de que hablar. En Twitter incluso se creó un hashtag en clave de humor para recomendar nuevos patrocinios. Esto ha hecho que se abra un debate: ¿Hasta dónde ha de llegar la publicidad en nuestras vidas?
Los title sponsors son algo común en el siglo XXI. Por ejemplo, la gran mayoría de clubes de baloncesto dela Liga ACBtienen a una marca que hace la vez de nombre del club ante la prensa. Por ejemplo, el Saski Baskonia, club de Vitoria ha sido reconocido durante años por sus patrocinadores. Primero fue Taugres, que pasó a denominarse Tau Cerámica y ahora ostenta el nombre de Caja Laboral. Como él hay otros ejemplos, como Blancos de rueda Valladolid o Unicaja de Málaga. En este caso el patrocinado era una sociedad privada, pero también ha habido casos de lugares públicos. El mejor ejemplo de ello es el estadio Son Moix de Palma de Mallorca. Durante un par de temporadas el Mallorca jugó en el Ono estadio, patrocinador que dejó su hueco en el nombre para la empresa Iberostar. El Mallorca de fútbol tiene los derechos de explotación del estadio durante 50 años, por lo que son ellos los firmantes de dicho patrocinio. Si salimos fuera de nuestro país, los casos de edificios patrocinados son más reconocidos, especialmente en Estados Unidos. La gran mayoría de estadios de baloncesto, fútbol americano y Béisbol de América tienen un patrocinador, lo cual es una fuente importante de ingresos para el club, el dueño del estadio o el gobierno local.
¿Está bien esta práctica? Sin duda, la crisis está apretándonos y una inyección económica nunca viene nada mal. A partir de ahí, ¿Es ético? ¿No puede destruir algunos nombres tradicionales y arraigados ya en el entorno? Como he dicho antes, esto no ha hecho más que abrir un profundo debate. En mi caso, he de reconocer que soy bastante yanqui y que no lo veo mal del todo. La estación de Sol no ha cambiado el nombre, sólo se lo han ampliado. Es decir, no se llama Galaxy Note, se llama Sol Galaxy Note. Por el arraigo y sobretodo por ser una de las estaciones más reconocidas del suburbano madrileño, dudo que esta estación pierda su nombre original. Puede que me equivoque, pero es mi opinión. Nunca he sido enemigo de los Title Sponsor y dudo que vaya cambiar de opinión. Puede que me gusten mas o menos los patrocinadores, pero suelen mantener a mis equipos o a mis servicios, por lo que en el fondo me hacen un favor. La financiación de los servicios públicos está bien, siempre y cuando el usuario sea el que más gane con el cambio. Ahora, espero no tener que escuchar nuevos precios en el metro.