Algo empieza a oler mal en Ferraz. En realidad lleva ya varios años, pero ahora es cuando dicho tufo es más profundo y nauseabundo. El Partido Socialista Obrero Español está pasando por una de sus peores crisis. Habiendo perdido una buena parte del respaldo de la clase media-obrera del país, este partido intenta salir hacia adelante en un mar bastante movido. Las elecciones municipales y posteriormente las generales han demostrado que la conexión entre la sociedad española y el PSOE ha ido disminuyendo de forma considerable. Los jóvenes han perdido el respeto por los grandes partidos, y cada día se unen a ellos más y más personas adultas que antes eran la base del partido. ¿Es el fin del PSOE? yo no llegaría a decirlo ni pensarlo, pero si que es cierto que hay que poner sobre la mesa muchos asuntos que necesitan ser tratados.
He sido un fiel del partido. Desde los 16 años me he interesado y he estado cerca de formar parte de esa familia. Pero el tiempo me hizo ver que cuanto más te acercas a un partido, menos lo quieres. Intereses, luchas internas y si no eres amigo de los poderosos sólo te querrán para poner pasta y ser voluntario en tiempos electorales. Una década después me siento lejos de sentirme representado por el que había sido mi partido.
¿Cual es el problema del PSOE? daré mi opinión, que puede que no sea la mejor, pero al menos es la de una persona que hasta ahora ha sido afín al partido. ¿Problema? Sería muy optimista si dijera que sólo hay uno. Para empezar, es un hecho que el Partido Socialista dejó de ser un partido obrero. Bueno vale, lo es porque la gran mayoría de sus votantes es eso, trabajadora, pero no es el obrero base de hace 40 años. En España la clase media es amplia mayoría, y como alguno diría, “la sociedad se ha aburguesado” (En una parte para bien, claro está). Eso ha hecho que el PSOE cogiese el camino hacia el centro democrático, perdiendo su punto izquierdista y progresista. De hecho, el PSOE de hoy tiene poco o nada de izquierdas. Se abstiene demasiado en el congreso de los diputados como para ser de izquierdas. ¿Por qué tanta abstención? ¿Por qué no se moja el PSOE? Normalmente el abstencionismo en el congreso se suele dar en grupos minoritarios, donde en muchas ocasiones se piensa más en clave electoral que política. ¿Será que no se moja para no perder más votos? ¿Será eso? Me gustaría pensar que no es así, pero no encuentro ninguna otra respuesta. En política se está a favor o en contra en los temas importantes, no te lavas las manos y ves pasar las cosas sin hacer nada.
El famoso 20 de Noviembre de 2011 confirmó una muerte ya anunciada. El Partido Popular obtuvo una mayoría absoluta aplastante, haciendo que el PSOE tuviese los peores resultados de la historia. Vamos, que el resultado de Rubalcaba hizo que el de Almunia en el 2000 fuesen bueno, y eso son palabras mayores. España dijo que no quería cuatro años más de ese gobierno socialista. El PSOE debía haber aprendido la lección: nuestro país se había cansado del modelo de gestión y de nuestras acciones, por lo que deberíamos renovarnos o morir. Y parecía que lo habían entendido, porque después del batacazo se empezó a hablar del cambio y al poco tiempo se marcó una fecha para un congreso del que debería salir el nuevo PSOE. Volví a confiar en el partido creyendo que aquello sería un nuevo Suresnes. Pero no fue así.
Sólo hubo dos candidatos dispuestos a liderar el PSOE. Carme Chacon parecía estar lista para dar el salto al liderazgo. Sin ser mi favorita, lo cierto es que no era la peor candidata. Y por el otro lado estaba Alfredo, alguien al que admiro por el trabajo que ha realizado en los últimos años, pero he de reconocer dos cosas. Por un lado, hay que reconocer que Rubalcaba no tiene madera de líder ni el carisma necesario para convencer al electorado. Es el segundo de a bordo ideal, pero no está preparado (nunca lo ha estado, la verdad) para ser el líder del partido. Por otro lado, Rubalcaba pertenece al pasado y al presente del partido, por lo que no debería ser el que dirija el futuro. No cuando el pueblo ha hablado en las urnas y no lo ha querido. El PSOE ha hecho que un perdedor nato gane unas elecciones generales ¡Con mayoría absoluta!
¿En qué se convirtió el Congreso de Sevilla? En una clara lucha interna por el poder del partido. Se vio que el PSOE no está unido, algo que es normal puesto que la democracia interna es de agradecer. El problema es cuando entrabas en Twitter y los fanboys y mamporreros de Chacon o Rubalcaba desprestigiaban a su oponente. Parecían no entender que en realidad ambos eran compañeros de equipo y no candidatos de dos formaciones distintas. Ahí se pudo comprobar que en el PSOE nadie quiere ser el jefe, pero todos quieren ser altos cargos. Todos (bueno, casi todos) se mojaban dando su apoyo a uno u otro candidato. Una bonita forma de ganarse su cariño para que en caso de salir victorioso les tuviese en cuenta. Llegó el día D y el congreso que tenía que modernizar el partido hizo que el candidato elegido fuese Rubalcaba. El cambio iba a pasar por el pasado del partido, por un líder que obtuvo unos resultados realmente malos. Mi confianza en el PSOE volvió a desaparecer.
Pero los movimientos de luchas internas no se quedaron sólo en la cúpula central. Fueron muchas las agrupaciones que entraron en guerra. Incluso ahora se siguen dando esas luchas, como por ejemplo en la federación madrileña o la que hubo hace unos días en Andalucía. ¿Qué dice el partido sobre esto? que respaldan la democracia interna del partido. ¿Qué opino yo? que la gente de dentro parece estar ansiosa por ir subiendo. Ansias de poder, vamos. Mientras el PSOE se pelea o hace que se está renovando, España se hunde. Actualmente hay cinco millones de parados, el gobierno da muestra sus cartas de recortes y la sociedad española sufre para llegar a fin de mes. Pero mientras todo esto ocurre, el PSOE parece estar más interesado en ser mejor partido. El problema es que no entienden que se es mejor cuando se es útil. El PSOE habla mucho, pero hace poco y lo poco que hace llega tarde. Es como si se hubiese quedado estancado mientras la sociedad evolucionaba. El Partido Socialista necesita un cambio real, con todas las letras, no un lavado de cara y llenarnos de promesas. Necesitamos hechos, necesitamos comprobar que el progresismo del que siempre se han sentido orgullosos de representan es real. Hay que hablar menos, abstenerse aun menos y pensar más en la persona y no en el votante. Cuando se actúe así quizás vuelvan a ganar algo de confianza.
Buena reflexión. Añado: antes los políticos querían hacer algo, ahora quieren ser alguien.
Es muy triste. la actual ejecutiva debe dejar de mirar sus sillas y ponerse a acercarse a la poca base que queda, a dejarles trabajar con ellos. Porque los cercanos no van a aguantar mas actos a los que les convoquen como palmeros para el telediario de las 15h.
¿Te suena Suresnes? Pues eso.
De la caterva de trepas que se aprovecharon de eso ya ni te cuento.
Mi abuela, más franquista que Paquito y que en paz descanse, siempre me hablaba de lo bueno que es el PP porque los socialistas metieron la mano hasta en la hucha de la Cruz Roja y por lo mucho que robaron. Lejos de ser más o menos verdad, lo cierto es que las dos veces que han gobernado han dejado un país económicamente muy jodido…
Hablando en clave de confianza, el PSOE ha confiado en las “viejas glorias” por miedo. Dado el descalabro, han apelado al “Virgencita que me quede como estoy”, la política en general está anquilosada, siendo gobernada por políticos demasiado viejos para entender los tiempos actuales y modelando a las nuevas generaciones con ideas decimonónicas.
Personalmente, creo que nadie entra en política por altruismo y deseos de ayudar al prójimo, sino por llenarse los bolsillos de billetes morados, sin darse cuenta que un gobierno no es un privilegio, sino un servicio publico, pero mientras se siga pagando como un privilegio así nos ira…