Mucha gente me pregunta por qué estoy enamorado de Twitter. La cosa es que por mucho que lo pienso, no encuentro una respuesta corta a esa pregunta. Suelo decir que “Twitter me ha dado mucho”, y en el fondo es la mejor respuesta sin meter un buen rollo. ¿Por qué me gusta Twitter? ¿Me dejas contarte por qué lo amo? Aun estás a tiempo de salirte de este blog…
Me encanta porque ha enriquecido mi vida. Desde que estoy en Twitter nunca me falta alguien con el que hablar o reírme. Ya no soy usuario de esa cosa llamada soledad. ¿Más? Me ha dado muchas nuevas amistades. Algunas más cercanas y profundas, pero en general ha hecho que conozca a mucha gente maravillosa. También he conocido carroña, pero estas personas (si se pueden llamar así) son minoría. Y si, son personas, no palabras detrás de una pantalla. En casi tres años habré conocido a unos 300 tuiteros y tuiteras en persona, y muy pocos (por no decir 3 o 4) me han decepcionado. Entre mis mejores recuerdos de los últimos años hay muchos que se asocian a esta red, eso significa algo, la verdad.
¿Mas? Twitter me ha hecho que conozca gente de todas las partes del mundo y no solo eso, ha hecho que conozca personas de toda clase de ideologías y orientaciones religiosas, sexuales o políticas. Eso hace que mi opinión hacia los demás sea más rica. He conocido a gente a la cual le gusta la gente de su mismo sexo, a personas que no ven el mundo como lo veo yo, gente que sencillamente no puede ver porque es ciega, como también he visto a gente que si que ve pero que no le apetece quitarse la venda inexistente delante de sus ojos. En Twitter me he enamorado no una ni dos, sino más veces.
¿Sigo? He entretenido a muchas personas. No se si han sido diez, cien, mil o cinco mil, pero se que he hecho reír a muchas personas. Tendré muchos followers, pero eso no me hace especial. Eso sólo significa que por una u otra razón le intereso a X número de personas. A día de hoy Twitter no me hace ser alguien importante. Mi despertador sigue sonando a las siete de la mañana y una hora más tarde ficho en mi trabajo. ¿Influyente? lo justo. Puede que algunas veces lo parezca, pero tampoco soy Enrique Dans.
Twitter es mi vía de escape Express. Porque tengo mi blog para opinar y hablar de forma larga y tendida, pero Twitter me deja decir lo que quiera, cuando quiera y sobretodo, dónde quiera. En Twitter opino, critico, alabo y digo chorradas a partes iguales. Y también es mi canal de información favorito. En el me mantengo informado, no necesito visitar las páginas de los medios de comunicación durante todo el día.
Y porque sin Twitter no hubiese existido esa noche de mojitos y charla en Madrid tras cierta gala de premios, ni aquella noche de pasión en Sevilla, ni mis últimos amoríos, ni la #MePartoParty, charlas en los pasillos del Evento Blog y decenas de abrazos provenientes de tantas desvirtualizaciones. No hubiesen existido charlas de pixelillo en Donosti o Bilbao, ni cursos intensivos en la peña barcelonista de Vitoria. No existirían Anas, maestros, Boris, mediotics y tantas personas que si tuviese que mencionar este post pasaría de las600 alas 1000 palabras.
¿Te quedaste con ganas de saber de más cosas que me gustan de Twitter? De ti depende de que exista un segundo post que cumplimente éste.
¡Chapeaù! Compañero, ¡Chapeaù! ;)
A veces me siento un poco tonto, hablando, riendo o discutiendo “yo solo” con tuiter. Pero entonces leo una columna como ésta y me doy cuenta de que lo que me incomoda no es tuiter. Lo que me incomoda es la lejanía de las personas reales (la señora del perro que ensucia la acera, el camarero que no te dirige la mirada, el señor que fuma en el bar, o el vecino que no saluda…) y la cercanía de gente a la que nunca he visto pero con la que puedo hablar sinceramente en tuiter.
Gracias por este punto de vista, de verdad me sienta bien.