Quería haber escrito este post hace ya unos meses, pero entre pitos y flautas se me ha ido pasando. Hoy la ley Sinde no es portada de ningún medio, pero todavía sigue dando de que hablar. Durante todos estos meses hemos elevado a la ministra de cultura a la altura de Belcebú, o a la hemos dejado a la del tonto del pueblo. Lo cierto es que la ley nunca ha sido del agrado de nadie, o bueno, sólo de unos pocos. Pero de eso a que es una locura de ley hay un trecho. Nunca he apoyado dicha ley en su totalidad, ni creo que sea la solucion a nuestros problemas, pero si que veo que ni una ni otra parte aportan mucho salvo posicionarse en cada extremo.
En un lado está el gobierno, que mantiene el canon. Junto a él está la SGAE y las otras sociedades protectoras de los diferentes derechos intelectuales. La imagen de ellos sobre el usuario es que hace todo lo posible para robar su material e, incluso, lucrarse de él. En el otro lado estamos todos o casi todos. Los usuarios que queremos cultura de calidad de la forma más barata. Como lideres de este movimiento se han ido posicionando una serie de personas influyentes, los llamados gurús, que son los abanderados que no han sido nombrados por nadie y que creen ser la voz del pueblo llano. Ellos defienden que la Ley Sinde destruye la pluralidad en internet y apoya la censura. Esto es algo que en parte no es mentira, pero no todo el monte es oregano. Y en medio de ambos está un grupo de personas que, o pasan del tema o sencillamente ven que ambas partes pueden tener razón en ciertos puntos.
Nunca he creido en la ley Sinde. No creo que ayude mucho a la red. Pese a ello, la otra parte del problema no me acaba de convencer. Los gurús (permitidme que no diga nombres, pero todos sabéis a quienes me refiero) son listos, y saben controlar a la masa. Saben que el ser humano es inteligente, pero que la masa es estúpida. En su día nos explicaron lo que era la ley. Vieron que la mayoría se quedaron igual que estaban, así que usaron las mismas armas que utilizan los partidos con los votantes: hablar de cosas simples y populistas. El gurú nos dijo que la ley Sinde nos iba a quitar la cultura gratis, y esa palabra, gratis, es una palabra que gusta mucho en nuestro país. Nos venden a diario que las descargas son legales, y lo son, pero no nos venden otros apartados de la ley porque sencillamente nos parecen menos interesantes.
¿Por qué? porque el cierre de un blog le importa un pairo al 90% de la población española. Eso si, quitar las descargas es otra historia. Seamos o no seamos los primeros piratas del mundo, lo cierto es que en España gusta mucho la picaresca de no pagar o de pagar menos. Nos pasa con el IVA, que es algo serio como para que no lo hagamos con cuatro canciones. Yo pirateo, tú pirateas y la mayoría de los internautas piratean, pero lo repito, esto NO es delito. Si el gurú de la justicia me viene vendiendo el cierre de blogs alguno puede pensar: bueno, esa misma ley puede cerrar blogs pro anorexia, terrorismo o pedofilia, así que no puede ser tan mala. Esto no vende, no causa el impacto populista que puede conseguir decirnos que lo gratuito se va a acabar.
Llevo meses leyendo cosas sobre la ley Sinde, y muy pocas veces los señores que mueven el movimiento en contra de la ley aportan ideas y sobretodo, aportan modelos nuevos para la industria del ocio. La cosa es que por el otro lado nadie aporta nada. Unos quieren rascar lo mismo que hace 40 años y otros sencillamente no quieren pagar. ¿Quien tiene la razón? evidentemente, ninguno. Ni todo ha de ser gratis, ni todo puede valer más de 20 euros. ¿Cual es la solución? encontrar el punto en el que el pago sea algo razonable, tanto para una como para la otra parte. Está muy bien hacer documentos en Google con cientos, miles de enlaces de descargas, pero mejor estaría fomentar el uso de herramientas con un modelo de negocio como Spotify.
He oido decir que Spotify premium es caro. Cada vez que escucho esto en mi cabeza se genera un pensamiento de risa y de odio hacia quien lo ha dicho. Tengo a mi alcance cerca del 80% de mis necesidades musicales. No he de pagar mas que 5 o 10 euros al mes, poco mas de una o dos copas un sábado noche. Y pese a ello, hay gente que dice que le resulta caro. Hombre, si te mantienes con la paga de tu padre, puede serlo, pero ver como gente mileurista dice que eso le resulta caro es como si el señor botín me pide un euro para coger el metro. Señores, no se ustedes, pero cuando yo disfruto de un buen servicio no me importa pagar. Menos cuando el servicio es BARATO. Y lo mismo digo de Netflix, un servicio que debería llegar a nuestra tierra de una vez. Pago por digital +, por Megaupload o Fileserve, ¿Crees que no pagaría a las productoras o distribuidoras en lugar de a estas dos últimas?
Debemos reflexionar sobre muchas cosas. Al gobierno le pediría que escuchase a los internautas, a estos les pediría un poco de cordura, y a los gurús les pediría que viesen mas allá de su ego. Todo lo Sinde sobra, como también sobran la mayoría de cabezas visibles de ambas partes. No me gustaría decir que cortásemos éstas, pero estaría bien que mirasemos mas allá de nuestros intereses. Como en la politica, ahí más vida tras el bipartidismo. Exploremos todas las opinines y seamos más plurales. Al fin y al cabo, no todo es blanco o negro.