Y otra semana más. Otro viernes que vivimos en este blog. Pero esta semana las cosas son diferentes. Hoy no vengo con una canción bajo el brazo, más bien con algo que necesito. Y lo que necesito es sencillamente un poco de silencio, ni más ni menos. O bueno, quizás necesite mas cosas, pero para empezar lo mejor sería un poco de silencio.
¿Y por qué hoy no recomiendo música? porque sencillamente no me sale nada para recomendaros. Ahora mismo, si os he de ser sincero, no soy persona. Soy algo parecido a una persona, pero no lo soy como tal. Tranquilos, por suerte mis mayores males son el cansancio, un buen catarro y un poco de estrés laboral. Pero eso ha hecho que todo se magnifique y bueno, de otras cosas, como comprenderéis, prefiero no hablar. No estoy mal, ni estoy bien, no me apetece llorar, pero tampoco me apetece reír. Sencillamente me apetece parar el mundo, gritar ¡STOP! y descansar. Por eso hoy no es un viernes normal, simplemente es un viernes de tranquilidad.
Ya siento venir por aquí sin mis mejores vibraciones, pero a veces uno no se encuentra tan bien como para hacerlo. No os preocupéis, no estoy tocando fondo ni nada parecido. No me estoy evadiendo del mundo, sencillamente me he apartado del camino para coger un poco de aire. Si quieres puedes acercarte y echarme un cable, no morderé a nadie. Tampoco tenéis que hacerlo, posiblemente mañana o incluso mas tarde tenga algo más de fuerzas para ver las cosas con algo más de color.
Y esto no es un llanto público, más bien es una forma de deciros que sigo vivo, y que os debo muchas explicaciones por estar tan perdido en las últimas semanas. Sólo he parado para coger carrerilla, lo prometo. En unas horas vuelvo a arrancar. Y sobretodo, gracias, que no sois pocos los que os habéis interesado por mí. Os debo un buen puñado de abrazos…