Ha sido un viaje especial. De esos que por encima de los lugares, de las distancias… estan los sentimientos y las experiencias. Un viaje en el que se han cumplido varios sueños, desde recorrer la ruta 66 al ritmo de “born to be wild” a ver un partido de la NBA. Conocer San Francisco, pasear por el mítico Hollywood o tener frente a mí el gran cañón son recuerdos que perdurarán para siempre dentro de mí.
Nunca olvidaré cuando llegué a Market Street, la calle donde estaba nuestro hotel en San Francisco. Nada mas salir de la boca del metro vi edificios altos, un taxi amarillo y las míticas máquinas vendedoras de periódicos. Eran pequeñas cosas, pero eran cosas que me demostraban que había llegado a ese país que tantas ganas tenía de conocer. A partir de ahí, y durante los siguientes 10 días ha sido una aventura difícilmente olvidable. Mi primer viaje por tierras americanas se ha convertido en el mejor viaje de mi vida, y pasará el tiempo haciendo que éste perdure en su posición.
En mi memoria perdurarán imágenes tan bellas como los atardeceres en Santa Mónica o en la Highway 1, las vistas del gran cañón o el Staples Center, hogar de Los Angeles Clippers, por ejemplo. El road trip ha sido un éxito, y fruto de ello es que yo lo retenga en mis adentros como el mejor viaje de mi vida.
Si me pongo menos sentimental, os diré que ha sido un viaje largo y bastante agotador. Muchas horas de vuelo, muchos kilómetros por carretera, pocas horas de sueño y muchas de caminata hacen que ahora mismo mi cuerpo se resienta mucho, pero es un mal menor, la verdad. Poco a poco os iré informando sobre el viaje, haciéndoos una pequeña guía por si alguno de vosotros os interesa hacer algo parecido. También tengo en mente un proyecto que, si el tiempo no lo impide os contará el viaje de una forma mas cercana. Tiempo al tiempo.
Ya estoy de vuelta. Os eché de menos…