La visita del Papa de turno a España siempre suele ser motivo para discusión en España. Benedicto XVI está de gira por España como lo estan los artistas de rock. De hecho, lo más parecido a una visita papal es la gira de un megagrupo. Escenarios y montajes gigantes, miles de fans locos haciendo colas, gritos y una locura exacerbada que nunca acabaré de entender en este caso. Lo único que cambia es que aquí la mayoría del dinero lo pone el estado o los gobiernos regionales en lugar de sus seguidores o de los promotores privados. Esta semana hemos traído gratis a España a un líder espiritual que cada día congrega a menos fieles en sus templos. Los gobiernos regionales que han pagado este viaje dicen que lo han hecho por repercusión mundial, por ser el centro de la noticia mundial del día. Cientos de millones de personas ayer escucharon hablar de Santiago de Compostela y hoy lo mismo pero de Barcelona. Mirando las cifras, puede que la repercusión valga ese dinero, ¿pero no podía buscarse de otra forma? ¿No vemos más allá que esta visita no hace más que revivir una fe que cada día está más politizada?
Aceptémoslo, el Papa ha venido aquí a revivir el espíritu cristiano de muchas personas que tenían éste casi apagado. Ha venido a ilusionar al cristiano indeciso, al que necesitaba un poco de campaña mediática para volver a sentirse feliz con su condición de católico. Y ha venido justo en el momento en el que su “pueblo” más lo necesitaba. Nuestro país, que camina hacia un laicismo lógico en pleno siglo XXI ya no es el imperio católico de antaño, pero la iglesia se empeña en intentar que la cosa siga así. Es comprensible, España ha sido uno de los bastiones del catolicismo y sería duro que esto se perdiese para siempre. Por eso Ratzinger ha vuelto a España, para recordar la doctrina más pura y conservadora de su iglesia. Ha venido a recordar que el aborto, el matrimonio gay y demás prácticas son pecados, aberraciones de esta sociedad y que como tal deben desaparecer.
Y lo peor no es que haya venido con el dinero de todos, lo peor es que además de no dar muchas gracias ha faltado al respeto. Benedicto XVI ha mordido la mano que le da de comer, algo rastrero y vergonzoso. En España hace años que se dejó de apoyar la vida cristiana pura. Estamos en 2011, existen los embarazos no deseados, en España los hombres y las mujeres practican sexo entre si y cada día nos gusta menos recibir una hostia en una iglesia. Esto no es algo nuevo, es la evolución de nuestra sociedad principalmente desde hace 30 años, más o menos allá por el comienzo de la transición española. Pese a esa evolución a lo laico (incluso con gobiernos conservadores como los 8 años de gobierno de Aznar, por ejemplo), la iglesia no quiere reconocer sus fallos. Ayer insultó al gobierno del país que visitaba, ese gobierno que le estaba pagando el viaje en el que estaba. Dijo que estaba practicando un laicismo agresivo, muy parecido al que se dio en España en los años de la segunda república. ¿Soy el único que ve tintes políticos en esta visita? ¿Soy el único que esta leyendo entre líneas un mensaje de boicot al actual partido del gobierno por parte de la iglesia católica y de su máximo representante? mirad, a mí me enseñaron que cuando se es invitado uno es correcto y si se tiene que opinar sobre la visita se hace después y en “petit comité”. Parece ser que los cristianos tienen otra forma de pensar…
A la iglesia católica y a su entorno hay que mostrarlos respeto y cordialidad, pero no hay que darles una carta blanca para que hagan o digan lo que deseen, mas aun cuando lo pagamos todos y no solo sus fieles. El Papa nos sigue intentando vender una iglesia actual, de la época en la que vivimos. Nada más alejada de la realidad. Esta visita nos ha ayudado a todos y a todas a encontrar nuestra verdad interna sobre el cristianismo, al menos a mí me ha pasado eso. Yo cada día que escucho a los representantes de dios en la tierra mas lejos tengo al señor ése. Y lo peor es que no ven que el problema no son los gobiernos laicos, sino su ideología milenaria desfasada. Dentro de un año lo volveremos a tener aquí. España (supongo) seguirá teniendo un gobierno de mayoría laica, así que me espero más mierda salida de la boca del representante de dios en la tierra. Crucemos los dedos para que yo no tenga razón…