Han pasado muchos años desde que alquilé por primera vez “Makinavaja” en el videoclub del barrio. Sería allá por el 95 o así, algunos años después del estreno de la película. Tendría… 10 años o así cuando la vi, así que imaginad la repercusión que supuso para mí tanta novedad. Fue poco a poco convirtiéndose en una película de culto (no os riáis, cabrones) en mi casa, sobretodo para mi padre y para mí. De hecho, en el lenguaje diario mi padre y yo aun usamos alguna expresión aprendida de aquellas películas. Nos encantaban las situaciones surrealistas, su lenguaje tan peculiar. Han pasado los años y aun me sigue gustando aquella serie, aquellas películas y sobretodo, aquel comic del malogrado Ivá. Imaginaros mi pasión por tal personaje que cuando fui la primera vez a Barcelona busqué enclaves reales de la historia. Y si me tengo que quedar con un personaje, me quedo con el compañero de Makinavaja, el gran Popeye Smith. Si mi padre tiene que elegir a uno seguramente sería el Matías, el abuelo del “Maki”.
Ayer me enteré de la muerte de Llàtzer Escarceller, el actor que encarnó el papel del abuelo tanto en las películas como en la serie. Una noticia por la que no lloré, pero me dio pena por él. No es de esos actores que marcan estilo, ni alguien al que adorase, pero le tenía cierta simpatía por los momentos de risa que me dio interpretando al abuelo. Ayer se me pasó contárselo a mi padre, seguro que le apenará saber esto. En fin, este es mi humilde homenaje a Llàtzer, un actor que si, estaba encasillado en un par de papeles, pero que era recordado por mucha gente.