¿Te gusta viajar? a mí me encanta. Será porque durante muchos años no pude ir más allá de Bilbao, a 70 Km. de Vitoria, mi ciudad. Me encanta viajar, subirme a un autobús, un tren o un avión y ser turista en las calles de otra ciudad diferente a la mía. Hay gente que no lo soporta, la verdad es que nunca los he entendido. Cuando viajas, normalmente dejas atrás todos los problemas, desconectas de tu vida diaria y disfrutas de la vida. Ojo, digo normalmente, habrá viajes que no sean tan amenos como los de placer.
Me encanta viajar y me encanta toda su liturgia. Mira que hay gente que odia hacer una maleta, ¡pues a mí me encanta! disfruto haciéndola, deshaciéndola y rehaciéndola. Bueno, esto último no tanto, que significa que el viaje llega a su fin y toca volver a la monotonía. Disfruto peleándome con la maleta, pensando en que meter y en que puede sobrar. Al final siempre meto más ropa de la que me pongo, pero son gajes del oficio. Hacer una maleta es una forma clásica de jugar al Tetris con objetos reales. De hecho, opino que soy tan bueno haciendo maletas por el Tetris. Tantas horas jugando a ese videojuego tuvieron que servir para algo…
Pese a ello, me pongo nervioso en cada viaje. Tanto a la ida como a la vuelta se nota cierto nerviosismo en mí. Y éste no desaparecerá hasta que llegue a mi destino y deshaga mi maleta. En cierto modo es esta acción la que me ayuda a relajarme. Y posiblemente las 3 o 4 horas posteriores a la llegada al destino suelen ser las mejores del viaje para mí.
Y os cuento todo esto porque estoy a unas horas de volver a empezar el proceso de preparación de un viaje. Toca volver a llenar el neceser, preparar la maleta y subirse a un autobús. Como todos o casi todos sabéis vuelvo a Madrid en un viaje con un objetivo atípico: conocer en persona a un puñado de personas que componen mi Twitter. ¿Quieres que nos conozcamos? avisa, que yo seguro que estoy listo ;-)