Tal día como hoy hace un año empezaba mi andadura en Twitter. Había oído hablar de él, me sonaba, de hecho una vez vi hablar de él a Enjuto Mojamuto, pero no sabía que era exactamente. Entré, me informé y comprobé que básicamente era ir contando la vida de uno en apenas 140 caracteres por mensaje.
No recuerdo cual fue mi primer tuit. Es una pena que además nunca más lo pueda recuperar, es lo que tiene ser un twittero compulsivo, que no podemos guardar nuestros tuits… lo que si puedo recordar es quien fue mi primer follower. Por delante de bots, mi apreciado amigo cantabro Roberto (@mploco) fue el primero en seguirme. A partir de ahí la historia se fue escribiendo (y nunca mejor dicho) lentamente. Los comienzos en Twitter son algo difíciles, pero tras un numero de tuits y tras empezar a seguir a un grupo de personas de tu entorno (localidad, provincia, amistades de internet…) tu red de seguidores y seguidos se amplia considerablemente.
Hoy, 365 días después de haber empezado sigo a 641 personas, me siguen alrededor de 1070 personas y he escrito más de 21800 tuits. Hace unos meses, en mi primer BBT de Vitoria me describía como un bloguero antes que Twittero. En el último mas que Twittero me presentaba como “spammero”, debido a mi elevado número de tuits/día. Por encima de las estadísticas, de los números… están mis sensaciones sobre las personas. No quiero volver a repetirme, pero he de reconocer que Twitter me ha hecho conocer a gente magnifica. Hoy digo orgulloso que tengo amigos y amigas esparcidos por toda la península. Gente que quizás no conozco en persona, pero que aprecio y respeto. Twitter ha hecho que esos “amigos de internet” sean más que eso, estando en mi día a día, tanto en los buenos como en los malos momentos. Como suele decir un maestro yo no tengo seguidores, sólo tengo vecinos y amigos.
Empezó siendo una chorrada y ahora ya no puedo vivir sin él, así es Twitter, algo que recomiendo a todo el mundo, sea quien sea. Gracias a todos y a todas por haberme hecho un “yonki” de los 140 caracteres. Gracias por todos los buenos momentos, los que sirvieron para reír, para reflexionar y para aprender. Gracias por acompañarme en el camino, espero que yo también os haya ayudado en el vuestro…
Me voy a soplar la velita. Sed buenos, nos leemos entre pajarillos…