En esta vida uno ha de ser muchas cosas, pero sobretodo ha de ser valiente. Porque serás guapo, inteligente, creativo… por sin valentía no llegarás muy lejos. O quizás si, pero no sería lo mas normal, la verdad. Ser valiente no es una virtud de muy pocos, sino mas bien la necesidad de muchos, especialmente en momentos clave. En mi opinión, por encima de la riqueza y del atractivo físico, de cualquier placer o bien tangible está la valentía.
Lo confieso, no soy el mejor ejemplo de valentía. Siempre fui tímido, especialmente en asuntos personales recalcando los relacionados con el amor. Pero cada día la vida me enseña que he de ser más y más valiente. Si en este mundo no le “echas pelotas” al asunto vas a acabar mal. Por eso hoy os escribo sobre la valentía, os escribo para que tanto vosotros como yo entendamos que hay que ser valientes.
¿Por qué hay que ser valiente? porque sino saldremos perdiendo. Trabajos interesantes, amores perfectos, riquezas, amistades… son muchas las cosas que has podido dejar escapar por la falta de valentía. Por eso amigo, no te arrugues y plántale cara a la vida. No le tengas miedo al “No” porque no será el fin del mundo, sólo el final de un camino y el comienzo de otro. Errare humanum est, y de los errores se aprende, por eso a veces hay que arriesgar para ser felices. Abandona la cobardía. Dile adiós a esa compañera de fatigas que te ha dado mas pena que gloria a lo largo de tu vida. Déjala aparcada en un lado y vístete con el traje de valiente.
No me quiero despedir sin unas frases que me han dejado por Twitter unos buenos amigos míos. Mi apreciado cosechadel66 me ha recordado que tampoco se tiene que ser siempre valiente: “No todo el mundo puede ser un héroe, alguien tiene que estar a los lados para aplaudir” (R. W. Emerson). Otro gran amigo, Alan_D_Gray lo deja bien claro: con dos cojones, y csm_web nos comenta que por Granada se dice con tres. Sea como sea, cuando haya que echarlos, hagámoslo. Yo me quedo con esta frase de Julio Cesar:
Los cobardes agonizan muchas veces antes de morir… Los valientes ni se enteran de su muerte.
Ahora sólo me queda decir: ¡ánimo, valientes!