Llevo varios días reflexionando sobre ello, y hoy he decidido arriesgarme con el post. De todos es bien conocida la inmigración en este país. Los que tenemos 20-30 años nacimos en un país en el que había pocos extranjeros. Algún chino, cuatro personas de color, dos “moros” que vendían alfombras y la pareja rubia de mormones que te asaltaban en el parque. Un par de décadas después la inmigración nos guste o no es una parte importante de nuestro país. Recolectan nuestras materias primas, nos sirven la comida y son uno más en nuestra sociedad. Como en todos lados, hay los que trabajan duro, intentan adaptarse a la cultura local y son uno más en el grupo, pero también hay otros. Estos no son tan trabajadores, o bueno, trabajan más las carteras del ajeno. Esa es la parte negativa de la inmigración, pero os voy a confesar algo: en todos los sitios cuecen habas.
Porque robar no es algo que sólo lo hace Mohammed, Dimitri o N’gele, porque también lo hacen los que besan a diario la bandera y son mas españoles que la propia España. Si, la inmigración ostenta el mayor número de criminalidad, pero también es la que menos gasto sanitario tiene. Y lo confieso, en este país el 99% de la población es racista/xenófoba selectiva, es decir como tal no lo son pero “les hacen serlo”. Yo creo que el problema resulta complejo, como la mayoría de problemas importantes de nuestra sociedad. Porque la solución al paro, al terrorismo… no la tiene una voz, la tienen varias y desde muchos flancos además. Ni tiene razón el español que culpa de todos los males al extranjero, ni el extranjero que culpa al original de la tierra de ser un necio. Esto es como todo (que ganas tenía de empezar esta frase así), unos tienen su razón, y otros tienen la suya.
Por una parte los españoles, que muchos han olvidado su pasado emigrante. No hay que olvidar que España es un país con emigración interna muy importante, al igual que la externa. No ahora, pero si hace ya casi 50 años. En Alemania se nos miró con cierto desprecio en muchos ámbitos o sectores, pero no olvidemos que así vemos a veces a los vecinos. Hay una frase de La chaqueta metálica que siempre me gusta aplicar a la vida: “soy duro pero soy justo“. Hay que rasear muy fino en la vida. No generalicemos nunca, puesto que a nosotros no nos gustaría ser tratados así. Tampoco has de pedir nada por encima de lo que te mereces, como ciudadano legal de un país te ayudaré a amoldarte a tu nueva situación, pero no te dejaré la vida hecha.
Nunca llegaré a una conclusión, ni siquiera a varias. Yo soy de los que piensa que se es racista cuando toca, como soy duro cuando el PP suelta una, el jugador del Real Madrid suelta una perla o el compañero de trabajo suelta una perla. No creo que la sociedad actual de este país sea racista, al menos no al 100%. Para nosotros la inmigración, recibir extranjeros es algo casi nuevo, especialmente en cuanto a número elevado. Es algo que nos ha costado, mejor dicho nos está costando aceptar y entender, pero no creo que seamos unos seguidores natos al más puro estilo Ku Klux Klan. El tiempo nos pondrá en su sitio…
¿Y toda esta historia por qué? pues porque ayer se habló mucho en este país de este asunto, y porque una buena amiga me hizo recordar “el emigrante” de Juanito Valderrama, todo un himno de una España. Dedicada a mi padre, amante del cantaor jienense y sobretodo de esta canción.