Dentro de las jornadas sobre la cultura balcánica sobreslía musicalmente hablando un evento, un concierto de una de las referencias musicales de Rumania, pais gitano por antonomasia. Pocas bandas como ésta saben hacer patria de su propia música, y es que la fanfare Ciocarlia nada más empezar a tocar empiezan a sonar a mestizaje gitano, a ritmos balcánicos puros. Sus doce miembros, en su mayoría músicos de viento metálico dieron ayer un recital en la plaza de Los Fueros donde un buen numero de espectadores (muchos mas de los que servidor se esperaba) les arroparon en todo momento.
Puntuales, a eso de las 10 el silencio se apagaba para dejar paso a Ciocarlia y su música de ritmo frenético. Durante más de una hora y cuarto la banda rumana demostró cual es su estilo, ofreciendo al respetable casi sin coger aire un recital intenso. Personalmente no sabría encasillar este estilo musical. A medio camino entre el sonido ska, con tintes de música folklorica y con tintes claros de cultura romaní, la fanfare Ciocarlia tiene un estilo profundamente suyo que quizás a veces suene repetitivo debido a la similitud entre sus temas.
No obstante, los apenas 80 minutos de concierto fueron mas que correctos. Todos y cada uno de los músicos de la banda se ven con tablas, hecho que queda demostrado una vez se les escucha juntos. De ejecución impecable, ninguno de los asistentes al concierto se fue a casa decepcionado si sabía a lo que venía. Y si a alguien le supo a poco, una vez acabado el concierto “oficial” la fanfarre bajó a la plaza a tocar para el público. Fue el momento en el que la naturalidad se apoderó del momento, con un miembro pasando la gorrilla por el público, que no se cortó por cierto a la hora de dar susdonativo.
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