Hoy ha acabado para muchos las vacaciones de verano, el tradicionalmente llamado “veraneo”. La mayoría probablemente esté fichando ahora mismo en sus respectivos trabajos, y los mas afortunados aún tendrán unos últimos ramalazos de vacaciones. Yo llevo ya varias semanas dando el callo y el veraneo se me queda ya lejano por desgracia.
Las cosas han cambiado bastante respecto al año pasado. Digamos que en 2009 decidí disfrutar de un verano distinto al anterior. Si gente, si este año apenas he estado una semana fuera de mi hogar, en 2008 fueron 17 maravillosos días, más de dos semanas por tierras catalanas. Comparando ambos veranos se ve claramente que el año pasado tuve un diferente enfoque a la hora de disfrutar de mis días de asueto. Hace 365 días cogía un avión apenas 6 horas despues de haber dado el cierre a mi jornada laboral. Tras aterrizar decidí que debían ser mis mejores vacaciones hasta la fecha y así fue, me dejé un pastizal, no me corto al decir que me dejé casi medio kilo de las antiguas pesetas en 17 días. Fue todo un pastón que si se me permite decirlo estuvo bien invertido. Hecho la mirada atrás y todo lo que tengo de aquellos días son buenos y gratos recuerdos.
Este año, en lugar de darme unas vacaciones de marajá opté por disfrutarlas de otra forma, así que decidí disfrutarlas en compañía de una de mis mejores amigas: la música. Desde que pisé el Azkena Rock festival hasta el día de hoy he asistido a mas de medio centenar de conciertos, repartidos entre el mencionado Azkena, la Arabatakada, el BBK Live y remarcando los de AC/DC y Metallica. Viajé a Barcelona, a Madrid y a Bilbao para gastarme otro dineral en música, estancia y compras varias, no me preguntéis cuanto me gasté pues no lo he calculado ni pienso hacerlo. El caso es que a la hora de descansar, de relajarme lejos de casa y disfrutar del turismo, de la playa y del no hacer nada decidí disfrutarlo en menor cantidad, sólo siete días con mis amigos. Fue mas doloroso el regreso pues tenía muchisimas ganas de quedarme, de disfrutar por lo menos de otros siete días más pero por desgracia las cosas son así y mis ganas de veraneo van a ser enormes en 2010.
¿Cómo me plantearé el veraneo que viene? la verdad es que decir cualquier cosa sería aventurarme demasiado, supongo que estaré trabajando (al menos eso indica mi contrato), pero nadie sabe las vueltas que da la vida. Lo que si es cierto es que si quiero innovar en cuanto a veraneo se refiere me he quedado en blanco, no tengo ideas de cómo plantearme las vacaciones pero bueno, aún falta todo un año por delante, lo que supongo significa que tendré tiempo para plantearmelas.