Bueno, ya son las doce de la noche, el domingo se ha apsado y con esto oficialmente se acabó el fin de semana. Ha sido un fin de semana extraño, mejor dicho poco común. Lo empecé como de costumbre, cenando con los amigos, pero cuando tuve que irme a dormir ya que el sabado tocaba trabajar dije paso, ya dormiré más en otro momento, así que me fui con estos al cine. Vimos la ultima de Rusell Crowe, pasable la verdad. Llegué a las 3 a casa y a las 8 sonaba el despertador, y vaya si sonó.
Me vestí, me lavé la cara, desayuné algo y poquito a poco me fui andando hasta mi trabajo. Hay que reconocer que un sabado a esas horas por Vitoria no hay apenas nadie. 5 horitas, 0% trabajo, salí corriendo a casa y tras vestirme elegante al banquete de la boda de mis primos. Me encantó todo, estar con toda la familia allí, con todos los primos juntos pasandonos un rato maravilloso. Es una verdadera lastima que no haya cada año una celebración como esas, sólo por ver a todos felices bailando y haciendo el chorra merecería la pena pagar lo que sea. Y tras la celebración un poquito de fiesta (muy poca la verdad) y a dormir al fin mas de 6 horas seguidas.
A las 15:40 he abierto los ojos, 9 amravillosas y relajantes horas de sueño me he tragado hoy, algo que francamente me lo pedía el cuerpo. He comido, he ido al Alaves y en compañia de los colegas hemos disfrutado de la primera victoria de los Lakers. Poco más que contar, estoy falto de ideas o sencillamente no me apetece escribir mucho, mañana os meteré más caña, que descanséis.