Si llega el día en el que sea rico, lo primero que haré es encargar un castillo de fuegos artificiales. Es probablemente de las cosas que mas me gustan en este mundo, algo verdaderamente relajante y espectacularmente bello. La pena es que para verlos tengas que esperar a las fiestas de tu localidad. Los colores, las formas, el olor a polvora… todo eso me encanta. Llamadme ñoño, pero me encantan los fuegos artificiales.
Las fotos por cierto son de unos fuegos artificiales de las fiestas de vitoria de 2007.
Comienza otro día en nuestras vidas, a ver si hoy nos sale un dia bonito de una vez…