Nunca me quejaré del mio por muy cabroncete que se ponga a veces, mejor estar sentado delante de un ordenador oyendo a funcionarios quejarse que estar sentado si pero a 30 metros de altura recubriendo fachadas…
Nunca me quejaré del mio por muy cabroncete que se ponga a veces, mejor estar sentado delante de un ordenador oyendo a funcionarios quejarse que estar sentado si pero a 30 metros de altura recubriendo fachadas…